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La parsimonia del liderazgo, a través del ejemplo Robert Iger (CEO de Disney)

En ocasiones las lecciones de liderazgo pueden parecer que dan grandes líderes empresariales pueden sonar repetitivas y poco aplicables a la vida real. Desde frases atribuidas a autores como Paulo Coelho, a líderes empresariales y espirituales como Deepak Chopra a veces vemos unas composiciones tan vagas y superficiales, que parecen salidas de un horóscopo. Por eso, en ocasiones podemos ser muy escépticos a la hora de adquirir libros por parte de supuestos grandes líderes, cuyo éxito se basa específicamente en la venta masiva de libros, con supuestos secretos para ser un gran empresario, un gran jefe (nuestro propio jefe, incluso), una gran persona e incluso obtener la cuasi mitológica “libertad financiera”. Cuando vemos las lecciones idealizadas y superficiales que predominan en esos libros, basados en pseudociencias o esoterismos como la ley de la atracción, el cash flow o modelos de negocios piramidales, y las comparamos con las necesidades que tenemos en la vida real, a nivel laboral y personal, puede ser frustrante el ver una tan evidente falta de correspondencia y aplicabilidad entre lo ofrecido y lo necesitado.

Por eso es tan refrescante leer un recuento como el ofrecido por Robert Iger en su nuevo libro “Ride of a Lifetime” en el cual este legendario ejecutivo recopila lecciones y aprendizajes recogidos durante 15 años como C.E.O. del conglomerado multinacional de Walt Disney Company. Por supuesto, podemos preguntarnos qué tan útiles pueden ser las lecciones de un personaje del calibre de Bob Iger, al estar al frente de una compañía como Disney, la cual es tan legendaria, conocida y omnipresente que, a través de los ojos de muchos de nosotros, representa un ideal de organización, estructura y prosperidad que posiblemente no alcanzaremos a experimentar en nuestra vida. Si nosotros pensamos cómo llegaremos a cumplir con nuestros indicadores, presupuestos o vencimientos, probablemente la mayor preocupación de los ejecutivos de Disney es escoger qué nueva compañía van a adquirir por sumas comparables al Producto Interior Bruto de muchos países latinoamericanos (incluyendo al nuestro).

Robert Iger previene esto empezando su narración describiendo dos tragedias que derrumban nuestros prejuicios y nos aterrizan a la realidad de los posibles problemas a los cuales se pueden enfrentar compañías aparentemente perfectas como Disney. En el 2016, el día previo a la apertura del primer parque de Disney en China (una inversión de billones de dólares, y un proyecto que tomó casi 20 años de arduo trabajo antes de poder finalmente concretarse), Iger recibió la trágica noticia de un trágico tiroteo en la discoteca Pulse en Orlando (no muy lejos del parque de Disney en esta misma ciudad) que dejó 50 víctimas letales. Entre los fallecidos habían varios amigos, familiares y conocidos de los empleados del parque. Pocas horas después de eso, un niño de 2 años falleció tras ser atacado y arrastrado por un cocodrilo en uno de los resorts de Disney en Florida. Iger, desde el otro lado del mundo tuvo que hacer frente a ambas crisis comunicándose con los padres del niño, preparando soluciones para que algo así no volviera a suceder a ninguna familia en los parques y contratando ayuda y apoyo psicológico para aquellos con conocidos y familiares víctimas del tiroteo.

Es un recordatorio gris de que a pesar de ganar dinero desarrollando y produciendo historias y productos que muestran mundos fantásticos llenos de criaturas y héroes extraordinarios, Disney es una compañía que reside en la vida real, y aquellos miles de trabajadores, ejecutivos y artistas que hacen parte de ella, así como los millones de clientes que ellos tienen, son vidas de carne y hueso que dependen de un liderazgo efectivo, eficiente, oportuno y humano. Al ser expuestos a crisis de diferente índole, que no son sólo de carácter económico o financiero, líderes como Iger ven la necesidad de establecer un conjunto de habilidades y/o principios necesarios para lidiar, adaptarse e improvisar en situaciones de todo tipo.

En el caso de Robert Iger, él pudo construir un sistema de 10 principios que ponen evidencia el aprendizaje continuo al que él se ha sometido en el transcurso de su carrera, desde cargos operativos logísticos en la cadena televisiva de ABC hasta ser la mente maestra detrás de la adquisición de Pixar, 20th Century Fox y Marvel Studios, consolidando a Disney como el conglomerado de medios líder a nivel mundial:

1) Optimismo: No se trata de mentirse a uno mismo, viendo todo a través de lentes rosados. Se trata de como líderes, tomar una actitud propositiva y constructiva en todo momento, mientras que otros ven problemas nuestro deber es ver oportunidades y soluciones innovadoras.

2) Valentía: No se trata de no sentir miedo, se trata de controlarlo. Los líderes y grandes ejecutivos no podemos vernos bloqueados para actuar, debemos desarrollar la capacidad de percibir las oportunidades en situaciones crisis, actuar y afrontar las consecuencias de las acciones tomadas.

3) Concentración: Tenemos que tener claras nuestras prioridades, y reducirlas a 3 o 4 puntos concretos en los cuales concentrarnos para alcanzar el éxito o la meta deseada. Si tratamos de abarcar demasiadas cosas, es muy posible que muchas las dejemos a medias.

4) Firmeza: El ser decisivo y firme es esencial para un líder. No siempre tomaremos las mejores decisiones, sin embargo lo peor que podemos hacer es demostrar indecisión o inseguridad. Analicemos los datos pertinentes y tomemos medidas lo antes posible.

5) Justicia: No conseguirás el respeto de tu equipo a menos que seas justo. Los chismes, la política de pasillo o los favoritismos son señales de irracionalidad, poco profesionalismo y poca integridad. Sé franco y justo con todos, siempre manteniendo la civilidad y el respeto.

6) Reflexividad: Un buen líder piensa antes de actuar o pensar. Analiza con racionalidad las situaciones antes de tomar partido o decidir en una situación específica. Esto te permitirá también identificar cuándo problemas pequeños o poco relevantes no merecen tu atención, ni la de aquellos involucrados.

7) Autenticidad: Aunque es necesario guiarnos por las políticas y valores corporativos, es importante también ser transparente y genuino cuando tengamos que reaccionar. Seamos coherentes en lo que decimos y hacemos, es importante que el liderazgo que reflejemos sea un liderazgo humano, y la única forma de lograrlo es presentarnos como seres humanos.

8) La búsqueda rigurosa de la perfección: Esto no quiere decir fallar en fechas de entrega o puntualidad de resultados por perfeccionismo extremo. Se trata de siempre pensar en entregar la mejor calidad posible en los proyectos que ejecutemos. Prioricemos siempre esto, y si encima del tiempo nos damos cuenta que tenemos que hacer correcciones o mejoras al trabajo hecho, abordarlo, así esto signifique reestructurar todo lo logrado hasta ese momento.

9) Curiosidad: No hay nada más frustrante que un líder que carece de curiosidad intelectual. Esto sólo demuestra mediocridad a nivel personal y profesional. La única forma de tener resultados cada vez mejores es promover una actitud de desarrollo y mejora continua en nuestros equipos, y la única forma de hacer esto es liderando con el ejemplo. Debemos tener una actitud de receptividad y deseo de aprendizaje en todo momento, y compartir lecciones aprendidas con nuestros equipos.

10) Integridad: Esto es siempre ser coherente y honesto. Dí la verdad y haz las cosas de forma correcta aunque esto en ocasiones sea difícil. La creación de una cultura organizacional basada en la honestidad y la transparencia es esencial para mantener la unidad del equipo y la lealtad de los clientes, no comprometas esta integridad por beneficios cortoplacistas.

Aunque pueden parecer sencillos, un líder debe ser capaz de saber actuar y tomar decisiones con parsimonia y eficiencia cuando otras personas puedan estar luchando para hacerlo. La mejor forma de lograr esto es teniendo unos principios y parámetros claros, sencillos y definibles que nos dejen claro en todo momento qué clase de profesionales somos, qué prioridades tenemos y qué queremos que lograr a largo plazo.

Por: Gustavo Andrés Herrera Sierra
Coordinador de Procesos Administrativos

 

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